Historias de una Dragona

o como sobrevivir a pesar de la vida...

domingo, noviembre 14, 2010

Soy de una generación...

Soy de una generación en la que los ascensores sólo eran de subida. Bajar en ellos se consideraba un lujo innecesario.

Soy de una generación en la que tenías que ponerle voces a las muñecas y simular su llanto. Y en la que jugaba con muñecos de plástico inventando mis propias aventuras.

Soy de una generación en la que si querías que un amigo tuyo bajara a la calle contigo sólo tenías que gritar su nombre… porque no había porteros automáticos con telefonillo.

Soy de una generación en la que si debías darle un recado urgente a alguien tenías que mandar a una persona a buscarle porque no había contestadores, y mucho menos móviles para localizarle.

Soy de una generación en la que si querías sacar dinero del banco debías de buscar un hueco por las mañanas y esperar colas interminables para ser atendido por un empleado que anotaba tus operaciones a mano en una libreta.

Soy de una generación en la que las parejas eran para siempre y estaban formadas por hombre y mujer, porque la única finalidad era formar una familia con hijos y dónde el sexo era un mero instrumento para procrear.

Soy de una generación dónde las mujeres no se masturbaban… la masturbación era sólo cosa de chicos.

Soy de una generación en la que las chicas no debían hablar de cosas de hombres (como política, deportes, etc.) y sólo debían callar, obedecer, hacer las tareas de la casa ayudando a mamá y no ser demasiado lloronas.

Soy de una generación a la que pegaban en el cole y castigaban de rodillas, pegaban en casa si te comportabas mal y te pegaban en la calle como no espabilaras y sacaras la mala leche que llevabas dentro.

Soy de una generación en la que se escribía en máquinas manuales de teclas tan duras que te provocaban un dolor intenso en las yemas de los dedos. Iban muy lentas con teclas que se enganchaban y si te equivocabas tenías que volver a empezar de nuevo.

Soy de una generación que se pasaba el día jugando en la calle porque en la tele sólo había dos canales y eran en blanco y negro y aburridos.

Soy de una generación en la que la gente que tenía la edad que ahora tengo eran auténticos viejos llenos de canas, gordos y aborregados.


He vivido el cambio de puertas de ascensores, para adaptarlos y poder bajar en ellos. Y no sólo ascensores… si no también escaleras eléctricas de subir y bajar y hasta cintas transportadoras, que si te quedas quieto andan por ti!!

He vivido el avance tecnológico de muñecas con voz, muñecas que lloran hasta con lágrimas de verdad, que se toman el biberón y hasta que lo mean y cagan. Y la revolución tecnológica de las consolas… desde la Atari, pasando por los 8 bits hasta las actuales.

He vivido los porteros automáticos, y los videoporteros, los buscapersonas, los mensáfonos, los contestadores automáticos, los primeros móviles ladrillos, los pequeños y diminutos que se perdían en la mano y los actuales táctiles y multifunción… que sirven para un montón de cosas… incluso para hablar!!

He vivido el montaje de mamparas en los bancos para evitar atracos, la instalación de ordenadores para automatizar las operaciones y actualizar así las cartillas y la instalación de cajeros automáticos para no tener que esperar colas y poder sacar dinero cuando quieras. Incluso puedes operar por Internet. Ahora te pueden exprimir a todas horas y en cualquier lugar.

He vivido la salida pública de los armarios, el mundo gay integrándose con el hetero, los avances en cuanto a cómo verlo y cómo vivirlo y también en las leyes: permitiendo que dos personas del mismo sexo puedan casarse y adoptar hijos si ese es su deseo.

He vivido la llegada de las separaciones matrimoniales, de los divorcios y de las segundas nupcias. De los hijos mezclados de varias relaciones. De los hijos tenidos sin casarse. De los hijos tenidos sin sexo por medio de una probeta. Del sexo sin amor, del sexo sin matrimonio, del sexo sólo por placer.

He vivido que las mujeres también nos masturbamos, que también tenemos orgasmos y que también disfrutamos del sexo. Solas o en compañía, de hombres o de mujeres.

He vivido la liberación de la mujer. Su despertar ideológico. Su despertar sexual. Su despertar laboral. He vivido su liberación del yugo del hogar y de los hijos. Ahora se nos oye, se nos escucha, se nos ve, y aunque muchas seguimos muriendo a manos de los hombres, al menos se sabe de nuestra muerte y nuestro sacrificio. Ya no somos mudas, ya no somos invisibles. Estamos inmersas en la Sociedad. Somos deportistas, políticas, conductoras de vehículos e ingenieras. Y sobre todo servimos para otras cosas aparte de tener hijos y llevar la casa. Somos personas.

He vivido la prohibición de pegar en los colegios. Me revelé ante las bofetadas y viví cuando ya no pudieron pegarme. He visto la evolución de la Sociedad frente a la violencia… ya no es algo bien visto ni justificable, si no algo vergonzoso. Los que van a la guerra ya no son héroes, si no asesinos. La violencia es una lacra no una defensa.

He vivido la llegada de máquinas de escribir portátiles, después las eléctricas que escribían con tanta velocidad que asustaban haciendo un ruido similar a una ametralladora. He vivido los primeros ordenadores en el trabajo con la pantalla en negro y letras verdes con el MSDos, después pasé por todos los Windows (el 3.11, el 95, 98, NT, Me, el 2000, el XP y el Vista) que siguen fallando como el primer día.

He vivido el cambio de la tele. De dos canales en blanco y negro al color con cinco canales más que luego fueron seis, siete… veinticinco… cientos con la llegada de la TDT. La tele pasó de ser algo que echaban por las tardes a también por las mañanas y por las noches, las 24 horas del día. Siguen echando mierda, pero a todo color y todas horas!! También han cambiado los televisores: Antes eran enormes moles con culo gordo que tardaban una eternidad en encenderse y apagarse (con aquél punto central luminoso) a abultar menos que un cuadro y ser en 3D y Alta Definición.


Y lo mejor de todo he vivido todo esto y sigo sintiendo, pensando y siendo joven… habiendo vivido tantas cosas y siendo consciente de los cambios que he tenido que asimilar y los que me quedan aún estoy en plenas facultades mentales y físicas y estoy deseando que ocurran más avances en la vida que me ha tocado vivir. ¿Y tú?

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