EN LA CAVERNA DE PLATÓN CON LA RELATIVIDAD

Frase del día: Ahora resulta que aquél que dijo: Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro... era un misántropo!!! Y yo que creía que era un amante de los animales... snif... (Froda)

Aunque la frase de hoy rezuma humor, nada más lejos de mi estado de ánimo. Como suelo hacer en éste, mi espacio catártico, vuelco en andanadas de chistes (la mayor parte de las veces) lo que me hace "pupa" en la vida real.

Y hoy arrastro una gran herida. Una herida que no para de supurar. Lo malo de todo ello es que no tiene cura. Mi herida está causada por una enfermedad inherente al ser humano, se llama Injusticia, y engloba toda la que es capaz de generar la asquerosa masa llamada humanidad :-P

Mis coetáneos son a la vez víctimas y verdugos de esa lacra. Mi "generación" sobrepasa con creces el pasotismo sentimental de la llamada "Generación X" yo la bautizaría con el nombre de Generación V, pero no V de Vendeta, si no más bien V de vergüenza!! Y por desgracia me he de incluir en este penoso grupo.

Siento vergüenza de mí misma. Por consentir que el sistema capitalista gobierne mi vida. Por dejar que la injusticia social campe a sus anchas. ¿Cómo podemos mirarnos al espejo después de ver la cantidad de millones de euros que les han "dado" a los bancos para afrontar la "crisis" y que en países del tercer mundo, con la octava parte (o menos quizá) se paliaría de una vez por todas el fantasma del hambre? ¿Por qué no han empleado esos millones para investigar la cura del cáncer, del sida o de cualquier otra enfermedad que mina la vida de millones de personas en el mundo? ¿Por qué todos volvemos la cabeza y hacemos como que no hemos visto nada???

¿Por qué los políticos (no todos, por supuesto, sólo algunos) critican la masacre, el exterminio, la limpieza étnica que está llevando a cabo Israel en la Franja de Gaza y sin embargo consienten que nuestro país siga fabricando y vendiendo armas? ¿Sabéis que España es uno de los grandes productores de bombas de racimo? Nuestra generación está metida al fondo de la caverna de Platón, y lo peor es que no tiene ningún interés en asomarse y ver el exterior, la realidad de la vida en toda su crudeza.

Y ni siquiera nos molestamos en quejarnos de lo que nos duele directamente (en plan ombliguista, sí, pero algo sería...) y somos capaces de trabajar duramente para un salario de mierda, que nos es pagado a través del banco, y del que poco o nada podemos disfrutar, ya que los bancos (esos que han recibido inyecciones de millones de NUESTROS euros, los de todos) se quedan con todo, entre hipoteca, luz, agua, teléfono y sus comisiones...

Sé que resulta casi una frivolidad ni siquiera plantearme protestar por mi porción en el pastel capitalista, pero todo se puede relativizar, incluso la injusticia. Me siento atada y desnuda, con la boca amordazada y los ojos abiertos, obligándome a mirar todo el dolor, todo el sabor acre que desprende la "humanidad" como si me obligaran a protagonizar un mal remake de la Naranja Mecánica, y tengo ganas, muchas ganas de escupiros a todos en la cara, de renegar del puto mundo que me obliga a compartir con vosotros el aire que respiro.

No me creo mejor que nadie. ¿De qué sirve ser la mejor mierda, el mejor estiércol? Porque eso somos, somos mierda, (y no barro) y nada cambiará mi opinión. Soy una mujer impotente que grita ante el horror (y el error) de la jodida guerra. Sea entre quien sea. Gane quien gane. Me desgarro la garganta (y el alma) viendo como la hambruna y la enfermedad campan a sus anchas en los países pobres (a los que llaman subdesarrollados, mal llaman añado) mientras se reparten entre los bancos el dinero de nuestro sudor a manos llenas.

Y lo único que recibo ante tamaña herida es silencio. La "humanidad" repite el acto mecánico de Poncio Pilatos, y se lava (una y otra vez) las manos sanguinolentas, fingiendo no darse cuenta de nada. Os odio. Mi nivel de misantropía crece a cada segundo. ¡Cómo me gustaría poder arrancarme la carne del hueso! ¡Nada me agradaría más que vender mi alma al diablo para no tener ni un ápice de piedad! Pero es mentira, mi cabeza es un puto caos, en la que mi ángel altruista y filantrópico se pelea a muerte con mi demonio misántropo y nihilista... una batalla campal, en la que por desgracia, gane quien gane, siempre perderé YO.

Ojalá pudiera arrancarme el corazón para no sufrir más. Definitivamente hoy (más que nunca) soy una dragona y renuncio a ser eso que llamáis SER HUMANO.