Vegana mejor que humana...

No sé si es que me estoy haciendo mayor. No sé si estoy madurando. O quizá simplemente me he despertado... quizá sólo he bajado de la nube en que me encontraba... pero de un tiempo a esta parte me siento comprometida con un montón de causas (por desgracia casi todas ellas perdidas de antemano) y no puedo ignorarlas.

No puedo callar frente a la injusticia social. No puedo ignorar la explotación de una pequeña parte (poderosa) de la humanidad, respecto al resto. Hace poco una amiga me mandaba unos textos de El Roto, y me quedé con una frase que me impactó tanto que me la puse en la firma de mis mails: La clave del bienestar social consiste en que la gente no se entere de lo mal que vive.

Pues bien, yo últimamente me estoy enterando. Y mucho. Odio pasar todo el puto día trabajando a cambio de unas migajas que no me llegan ni para subsistir. No soporto ser una oveja más en la manada de borregos proletarios. No podemos seguir así. Sacrificando sin discusiones ni peleas nuestras vidas a cambio de cuatro monedas que vuelven a sus manos para conseguir comida y cuatro gadgets con los que nos "entretienen" como se hace con un niño al entregarle un objeto de vivos colores.

Yo no quería formar parte de la revolución. Me había vuelto comodona en mi sillón reláx mirando mi tele de 50 pulgadas. Temía perder mi estatus si movía un dedo en defensa de mis derechos. Pero ¿sabéis qué? que si tengo que iniciar una revolución lo haré, porque estoy hasta los cojones de que me expriman. Me están robando el alma y la vida y no puedo quedarme mirando como si me fuera algo ajeno.

Y lo mismo pasa con mi salud. Y no digamos con mi manera de ver lo que me rodea... un ejemplo? Los animales. Siempre me había considerado amante de los animales, pero no lo era. Era una auténtica hija de puta hipócrita que decía quererlos mientras se comía animalitos TORTURADOS para entretener mi hambre y colmar de placer mi paladar. Pero esa ya no soy yo. Me he despertado del sueño inducido del supermercado... todo presentado en limpias bandejas de corcho blanco e impoluto envuelto en celofán.

Esas bandejas con su bonita etiqueta de caducidad, procedencia y componentes, precio por kilo y nombre del fabricante ocultan lo verdaderamente importante. Detrás de esos limpios trozos de carne había un animal vivo. Un animal que ha sufrido lo indecible para que tú te lo comas. Un animal que ha vivido desde su nacimiento hasta su muerte una auténtica tortura. Yo ya llevaba un tiempo pensando que no me gustaba nada el modo en que la humanidad trataba a los animales, ni siquiera el modo en que YO los trataba. ¿Cómo podía acariciar a mi gata mientras masticaba un filete? Algo no encajaba... y el otro día un buen amigo (cuyo apelativo cariñoso casualmente es el de un animal: Hola Lobillo!!! :** ) me animó a dar mi opinión en facebook donde otro amigo había colgado un video antitaurino, y éste fue mi comentario:

ESTOY HASTA LOS WEBOS DE CÓMO TRATAMOS A LOS ANIMALES. No sólo en las plazas de toros. Somos unos auténticos hijos de puta. No quiero ver más encierros de San Fermín. Que suelten a su puta madre en bragas y la hagan correr por las calles. No quiero más toros con fuego atado en sus cuernos, ni con bombillas, no quiero ver más animales torturados.

ME CAGO EN LA PUTA MADRE de todo el que abandone un animal. Y me da asco que nos estemos alimentando de ellos. Somos el estiércol de este planeta y merecemos reencarnarnos en pollos industriales, para morir ahogados en nuestra propia mierda. Total eso es lo que somos. Ojalá nos entre un cáncer cuando comamos el próximo huevo, la próxima hamburguesa, el próximo pescado.

Voy a intentar hacerme vegetariana. Llevo una semana comiendo tofu y está delicioso. Me ha encantado mi hamburguesa y no ha tenido que morir ningún animal para nutrirme. Los animales merecen todo nuestro respeto y cariño. Pero si no sabemos respetar a nuestros congéneres ¿qué podemos esperar que hagan con otras especies?

Lo dicho. MISANTROPÍA mode ON. La humanidad es una puta mierda y merece la extinción más absoluta.

(...)
Yo no soy vegana, ni animalista, pero según va pasando el tiempo y viendo lo que hacemos con los animales y el planeta... cada día comprendo mejor las posturas de esa gente, que hasta hace poco me resultaban absurdas y exageradas. (...)

(...)Todo el mundo debería ver ese video que no hace más que darme la razón en cuanto a lo que pienso de la mayoría de las personas.

Nunca es tarde para cambiar y rectificar los hábitos de vida. Yo antes fumaba y no me importaba maltratar mi cuerpo ni joder a los demás con mi humo. Eso ya lo cambié en el 2005. Y ahora voy a cambiar mi actitud hacia los animales. Y lo dice alguien a quién le gusta la carne MUCHO. Pero a partir de ahora buscaré un sustituto que no haga necesario las barbaridades que he visto en ese video.

Gracias por enseñarme el documental EARTHLINGS que no me ha descubierto demasiadas cosas, porque gran parte de lo que cuenta ya lo sabía, pero me lo ha MOSTRADO en imágenes... y ha sido duro, muy duro. He tenido que parar en varias ocasiones porque no podía parar de llorar o se me ponía mal cuerpo. Como bien dices es de visión obligada para todos... deberían ponerlo por la tele en horario de máxima audiencia... ah no calla, que entonces los dueños de los mataderos dejarían de financiarlos... enfins... Creo que si todos nos concienciamos un poquito, conseguiremos cambiar el mundo ¿por qué no? desde luego yo estoy dispuesta a dar el primer paso ;) (...)

Y sí. Igual que en su día dejé de fumar y así hice mi pequeña contribución al hundimiento de las empresas tabaqueras ahora dejaré de consumir carne y me plantearé ir disminuyendo paulatinamente hasta encontrar un buen sustituto, el consumo de leche y sus derivados, así como huevos y todo alimento que implique el sufrimiento de algún animal.

Para todos aquellos que estéis pensando ¡¡qué extremista que es la dragona!! os invito a visionar simplemente los 4 primeros videos de Terrícolas (enlazados arriba) y luego si tenéis cojones en lugar de corazón continuais con la misma cantinela.

Quizás... si todos comiéramos tofu hasta lo bajarían de precio... Pero da igual, estoy dispuesta a pagar un poco más si con ello consigo ahorrar a un ternero el infierno en vida. Ahora sí, ahora puedo decir que SÍ QUE QUIERO A MIS GATAS!